ROADTRIP EN FURGONETA POR PAÍS VASCO - PARTE II, COSTA DE VIZCAYA




ROADTRIP EN FURGONETA POR PAÍS VASCO
  1. Bilbao
  2. Bakio, San Juan de Gaztelugatxe, Mundaka, Bermeo y Lekeitio
  3. Zarautz y Getaria
  4. San Sebastián
  5. Hondarribia y País Vasco Francés

Parte 2. Bakio, San Juan de Gaztelugatxe, Mundaka, Bermeo y Lekeitio.
  1. Bakio y ruta por San Juan de Gaztelugatxe
  2. Mundaka
  3. Bermeo
  4. Bosque de Oma, Lekeitio y avería de la furgo

Bakio y ruta por San Juan de Gaztelugatxe

Continuamos nuestro viaje por tierras vascas, madrugamos un montón para salir pronto de Bilbao y llegar de los primeros a ver San Juan de Gaztelugatxe que se encuentra a unos 35 kilómetros de la capital vizcaína, en este mapa os dejamos la manera más sencilla para llegar.

La mejor ruta para llegar a San Juan de Gaztelugatxe desde Bilbao

Antes de llegar a conocer la famosa ermita, pasamos por Bakio y dimos una vuelta por esta localidad costera. Además de ser un pueblo encantador, si te gusta el surf este es tu lugar. Encontrarás un montón de aficionados a este deporte en sus playas. Hay rutas de senderismo muy interesantes para hacer en Bakio, como la que hicimos hasta San Juan de Gaztelugatxe que se suele realizar también junto con la ruta de las ermitas, también está la de los Palacios y las Villas (durante el recorrido se ven impresionantes mansiones de la aristocracia Bilbaína que antiguamente veraneaba en Bakio) o la ruta por el Monte Jata donde se puede apreciar una preciosa panorámica de toda la comarca. Tambíen puedes ir a hacer una ruta por los viñedos de la localidad que ofrecen en su oficina de turismo (aquí).

Bakio desde el mirador de Jata 

Aunque Bakio es el municipio más cercano a San Juan de Gaztelugatxe, este enclave pertenece a la localidad de Bermeo. San Juan de Gaztelugatxe es un islote que está unido al continente por un puente de dos arcos, sobre él está la ermita dedicada a San Juan, que data del siglo X. Junto con la isla de Akatz, forman un biotopo protegido que se extiende desde Bakio hasta el cabo de Matxitxako

Isla de Akatz

Cuando fuimos nosotros la entrada era libre. Actualmente sigue siendo gratuíta pero se ha limitado el acceso a un número determinado de visitantes por día; tomaron esta medida desde que esta localización apareciera en varios episodios de la séptima temporada de Juego de Tronos. Los turistas se han multiplicado como hongos y a pesar de las restricciones, encontrarás un montón de gente por allí por eso, os aconsejamos que madruguéis. Dichas limitaciones solo se aplican en determinadas fechas:
  • Semana Santa
  • Puente de marzo
  • Todos los fines de semana desde el 14 de marzo al 15 de junio
  • Día 1 de mayo
  • Todos los días entre el 15 de junio y el 21 de septiembre
  • Fines de semana de octubre, noviembre y diciembre
  • Puentes de noviembre y diciembre
  • Durante Navidad (del 26 de diciembre al 6 de enero)
Si vas a ir en estas épocas, pincha aquí para conseguir las entradas, las cuales, deberás de presentarlas impresas o a través de tu dispositivo móvil al personal que regula el acceso. Los encontrarás situados en los sigientes puestos:
  • Entrada por Urizarreta
  • Entrada por Ermu
  • Entrada por la explanada previa a las escaleras


Si ya habéis estado por aquí, tened en cuenta que para aparcar han cambiado las reglas. Antes se podía dejar la furgoneta prácticamente al lado del puente para cruzar a San Juan, pero ahora se han habilitado tres aparcamientos al lado de la carretera vieja y debéis de bajar desde el restaurante Eneperi.

Comienza la ruta: cuado hayáis pasado el restaurante, comienza un camino en bajada con fuerte pendiente. Parte del camino está asfaltado y la otra parte es de piedra y tierra (se embarra bastante cuando llueve, tened cuidado de no resbalar). Durante este recorrido podréis encontrar pequeños miradores desde donde veréis San Juan de Gaztelugtxe y la isla de Akatz.

Vista desde uno de los miradores 

Una vez hayamos bajado a la explanada...¡comienza el reto! casi 300 escalones componen esta ruta, tomad fuerzas y disfrutad de las vistas, ¡son una auténtica pasada!

Lisa y Sara antes de empezar con los escalones

Nos costó un poquito a los tres acabar el recorrido, se juntó que no estamos muy preparados y que hacía un calor terrible. La pobre Lisa, debido a su lesión, hizo parte del recorrido en brazos al no encontrar terreno blando donde pisar. A pesar de todo, terminar el recorrido nos dió mucha fuerza, llegamos a la ermita, ¡y tocamos tres veces la campana! Es una tradición popular: si se pide un deseo mientras se toca tres veces la campana, éste se cumplirá.

Sara tocando la campana tres veces

Después del esfuerzo, nos zampamos nuestros bocatas en las mesas que hay en un refugio justo al lado de la ermita y disfrutamos de este entorno privilegiado.
A la vuelta aprovechamos para sacar todas las fotos posibles, y Sara casi se muere subiendo la cuesta del comienzo del camino. Afortunadamente, no tuvimos que lamentar bajas y seguimos siendo un equipo de tres.

Consejos para hacer la ruta:
  • Como siempre os recomendamos, usad calzado cómodo y ropa deportiva. Aunque os vais a encontrar a mucho influencer con tacones y ropa de vestir para sacarse la foto.
  • Llevad chubasquero si llueve y gorra y protección solar cuando haga calor, el día que estuvimos nos asamos como pollos.
  • Seguid las indicaciones y no os subáis a la barandilla de piedra para conseguir “la foto”.
  • Tened cuidado cuando el suelo esté mojado, la roca es muy resbaladiza.
  • Absteneros de subir cuando haya tormenta eléctrica, los puntos elevados son más propensos a sufrir la caída de un rayo.
  • No os olvidéis de llevar agua y un aperitivo en vuestro bolso o mochila.
  • Sed limpios y respetad el entorno, llevad una bolsa para recoger los desperdicios.
  • La ruta permite que los perros puedan acompañaros, pero tened en cuenta las capacidades de vuestro amigo de cuatro patas. A Lisa le cuesta andar en piedra o asfalto con pendiente por su lesión y la terminamos cogiendo en brazos en algunos tramos.
  • No es una ruta recomendable para personas muy mayores o con movilidad reducida. Tenéis la alternativa de ver San Juan de Gaztelugatxe con ellos haciendo la excursión en barco. Toda la información aquí.
Bermeo

Cuando acabamos la ruta por San Juan de Gaztelugatxe, nos fuimos a la furgo y aunque habíamos comido nuestros bocadillos, nos pusimos finos a comer pelotazos (la dura vida del deportista de alto nivel). Después de la ingesta, nos dimos una ducha, nos cambiamos de ropa y listos para continuar hasta el siguiente punto del recorrido: Bermeo.


Esta localidad vizcaína es famosa por ser una villa de pescadores, de hecho la pesca fue el motor ecónomico del pueblo y todavía muchos vecinos subsisten gracias a esta profesión. No en vano, Bermeo fue uno de los puertos pesqueros más importantes de Euskadi, en su escudo se ve reflejado claramente: podemos ver un barco pescando a una ballena, una tradición que se ha mantenido a lo largo de los siglos. Aunque hoy día no se pescan ballenas, son uno de los mayores atractivos de este municipio ya que hay una excursión en barco para poder avistarlas. Toda la información aquí.

Aparcamos en una de las calles de Bermeo poco concurrida para poder pernoctar allí. No tendréis problemas para dormir aquí ya que hay bastantes aparcamientos libres.

Pasamos la tarde viendo este bonito y pintoresco pueblo. Visitamos los siguientes puntos de interés:
  • Parque Lamera y quiosco de helados: Este parque se encuentra junto a la estación de tren y el puerto de Bermeo. El quiosco es famoso porque el escritor Ernest Hemingway se fotografió junto a él en su visita a Bermeo.
  • Casino de Bermeo: Se sitúa en una esquina del parque Lamera. Esta obra de Severiano Achucarro, hará las delicias de los amantes de la arquitectura. Como curiosidad, nunca albergó un casino si no a la Sociedad Bermeana.
  • Puerta de San Juan: Bermeo estuvo rodeada totalmente por una muralla que tenía siete puertas como esta que fue la única que quedó en pie. Su nombre se debe a San Juan de Gaztelugatxe, porque desde esta puerta tomaban la salida los bermeanos para acercarse a honrar al santo. De hecho, hay una pequeña imagen de San Juan que data del siglo XIV en el alto de la puerta.
  • Puerto de Bermeo: La zona más viva de la localidad vizcaína, sus casas de colores y lo concurrido de sus establecimientos hacen que en torno a él se haya creado el centro urbano del pueblo.
Después de patear el pueblo, estábamos bastante cansados y como ya apenas había luz, decidimos ir a la furgoneta a cenar e irnos pronto a la cama para al día siguiente, tomarlo de relax, potear un poco por el puerto ya que cuando pasamos por allí vimos que había mucho ambiente y al terminar de comer, reaunudar el viaje.

De poteo en el puerto de Bermeo

Al día siguiente, una vez nos levantamos y nos acicalamos, fuimos a dar un paseo y tomamos unos pintxos y raciones en los bares del puerto. Para terminar, comimos en el restaurante Artza, un menú del día. Además, nos montaron un mini reservado dentro del restaurante para que pudíeramos comer con Lisa. Fueron muy amables.

Menú del día en euskera
Mundaka

Al terminar nuestro periplo por Bermeo, fuimos a pasar la tarde a Mundaka. Paseamos por el puerto y por sus calles, nos acercamos hasta la playa para ver a gente haciendo surf. La ola de Mundaka es considerada una de las mejores olas de izquierdas del mundo con una longitud que puede alcanzar los 400 metros. Después subimos hasta la Ermita de Santa Catalina, donde se pueden contemplar unas bonitas vistas al mar.
Mundaka forma parte de la Reserva de la Biosfera de Urdaibai, y cuenta con dos excepcionales miradores en el alto de Portuondo y en la atalaya del pueblo. Desde ambos podéis apreciar los arenales y la desembocadura de la ría de Mundaka.

Lisa cerca de la ermita de Santa Catalina en Mundaka

Bosque de Oma, Lekeitio y avería de la furgo

Nuestros siguientes pasos quedaron truncados porque la desgracia se cebó con nosotros. Perdimos parte de las fotos que habíamos sacado con la réflex porque se estropeó la tarjeta de memoria (casi todas de Bermeo y Mundaka) y para rematar, nuestra furgo sufrió una avería: perdía anticongelante por la rotura de un manguito. Lo que nos obligó a saltarnos paradas que teníamos planeadas como el Bosque de Oma, Lekeitio y la playa de Zumaia
Decidimos tirar hasta Zarautz. Esta decisión estuvo motivada porque en esta localidad guipuzcoana hay gran cantidad de talleres especializados en reparar furgonetas ya que como parada de surf que es, sus calles y playas están llenitas de furgoneteros con sus tablas. Cuando llegamos allí vimos que no era todo tan sencillo...Os seguimos contando nuestros pasos en la siguiente entrega de nuestra ruta en furgo por el País Vasco, ¡Un abrazo!


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